El cambio organizacional, se ha vuelto cada vez más recurrente para las compañías el encontrarse con retos nuevos y complejos que no son posibles de solucionar con estrategias antiguas. Algunos se frustran y siguen intentando con más de lo mismo. Otras compañías apuestan por soluciones nuevas que implican que su gente tenga otras competencias técnicas y esenciales que, al adoptarlas, van transformando orgánicamente la naturaleza de los puestos y en ocasiones la estructura misma.
Sin embargo, ¿qué pasaría si en lugar de ajustar de forma reactiva los puestos, pensáramos en una estrategia de transición?
En el 2020 el Foro Económico Mundial lanza el reporte de “El Futuro de los Empleos”. Un informe que, en el contexto de La Cuarta Revolución Industrial y la realidad de la pandemia del COVID19, pronostica qué puestos desaparecerán y cuáles nuevos emergerán.
Por igual, describe qué habilidades se vuelven cruciales para que los(as) profesionales se mantengan vigentes entre el 2020 y el 2025 considerando que el mercado, las carreras profesionales y los retos de las organizaciones siguen cambiando con una adopción de la tecnología cada vez más acelerada y brechas de habilidades cada vez más pronunciadas en todos los niveles jerárquicos de las organizaciones.
Imaginemos esto: cada profesional tendrá frente a sí una serie de nuevos retos con un alto nivel de especificidad para su campo. No es coincidencia que “Aprendizaje Activo” aparezca como la segunda competencia más importante en el lustro en curso.
Si somos honestos, el antiguo paradigma de que RRHH es el único responsable de tener talento capaz, debe ser abandonado cuanto antes si queremos acelerar los procesos de aprendizaje.
Solo los profesionales, que están inmersos en sus contextos, son capaces de identificar qué soluciones necesitan con el nivel de detalle necesario.
Un abordaje más funcional ante las lagunas de competencias ante el cambio organizacional en esta época es:
Apostar por una nueva estrategia de Aprendizaje y Desarrollo. Es decir, definir un plan de transición de acuerdo con el futuro de los empleos y asegurar que proveen todos los recursos para que las personas, de forma colaborativa, se hagan cargo de darle forma a su desarrollo profesional.
Desarrollar la competencia colectiva de Adaptabilidad Profesional. Logrando un talento humano que identifica sus propias brechas en habilidades y se asegura de cerrarlas sin tanta burocracia, papeleo y permisos. Solo hace uso de los recursos provisto por la estrategia de Aprendizaje y Desarrollo.
Para que esto sea realidad en una organización, implica un cambio organizacional importante en la cultura del aprendizaje, la distribución de los roles y responsabilidades y una estrategia de manejo del cambio que asegure que estos nuevos paradigmas sean una realidad en las organizaciones que buscan seguir moviéndose en dirección a la digitalización y el uso de la data como ventaja competitiva.
No es un secreto que todos los profesionales hemos sido alcanzados en mayor o menor medida por esta Cuarta Revolución Industrial, por lo que tus equipos seguramente están pasando por el proceso de ampliar sus competencias y/o de actualizar conocimientos. ¿Qué tan ordenado está sucediendo esto?
3.- Desarrollando el sentido de comunidad en el aprendizaje: LinkedIn Learning detalló en el Workspace Learning Report 2021 que las personas que pasaban su proceso de aprender algo nuevo junto a otras, mostraban mayores niveles de conexión con el proceso de aprendizaje, por lo que el sentido de comunidad tiene una gran relevancia en el proceso de instalar la Adaptabilidad Profesional. En este caso, el grupo se mantiene conectado utilizando las mismas herramientas y el mismo entorno. Cada miembro asume un papel activo en la generación del aprendizaje, por lo que la comunidad se convierte en protagonista de su propia educación y asume la responsabilidad sobre lo que aprende.
Sin duda, retos nuevos requieren abordajes nuevos.
Asegurar que los profesionales cuenten con las condiciones para darle forma a su carrera dentro de la compañía y que cuentan con ella en el proceso, es clave para un desarrollo del talento que, no solo contribuye al éxito de la organización mientras evoluciona sino que se mantiene conectado la misión y al equipo.
Redactado por: Raúl Rodríguez