Los objetivos empresariales son esenciales para lograr crecimiento y sostenibilidad dentro de una organización. Si no se tiene una dirección establecida, se puede perder tiempo y recursos, afectando la competitividad.
En este artículo, vamos a ver cómo definir y alcanzar objetivos empresariales de una manera efectiva, a través de las mejores estrategias y consejos.
Los objetivos empresariales son aquellas metas que tienen dentro de una organización para orientar sus esfuerzos y medir su progreso con el paso del tiempo.
Funcionan como una brújula que guía la toma de decisiones y es clave para alinear a todos los miembros de la empresa en pro de un propósito común.
Gracias a ello, las compañías pueden optimizar sus recursos, potenciar su desempeño y adaptarse adecuadamente a un entorno en constante cambio.
Si no se tienen objetivos empresariales claros, las acciones pueden perder su enfoque y se corre el riesgo de no tener buenos resultados ni eficiencia operativa.
Los objetivos empresariales se pueden clasificar de acuerdo con diferentes características. Vamos a ver las más comunes:
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Clasificación |
Tipo de objetivo |
Descripción breve |
Ejemplo |
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Por periodo |
Corto plazo |
Metas inmediatas (3-12 meses) |
Aumentar ventas un 10% en el trimestre |
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Por naturaleza |
Económicos |
Enfocados en ingresos y rentabilidad |
Reducir costos operativos en un 5% en el primer semestre |
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Por enfoque |
Cuantitativos |
Medibles en números o porcentajes |
Conseguir 2,000 nuevos leads en 6 meses |
Para determinar objetivos empresariales claros y alcanzables es importante tomar en cuenta algunas de las metodologías más efectivas, y así asegurar que la compañía avance hacia lo que se desea conseguir en el corto, mediano y largo plazo.
Veamos las más significativas:
Esta metodología es una de las más conocidas y más empleadas en el ámbito empresarial para la creación de objetivos, los cuales tienen que ser:
El enfoque OKR (Objetivos y Resultados Clave) es muy popular para definir objetivos empresariales, porque se centra en metas más ambiciosas y una mejora continua.
Están compuestos de dos elementos clave: los objetivos (lo que se desea alcanzar) y los Resultados Clave (las métricas que definirán si se consiguieron o no).
Los objetivos tienen que ser medibles y cuantificables y a diferencia de SMART, esta metodología permite tener metas más grandes para conseguir un crecimiento significativo y más o menos rápido. Sin embargo, el riesgo es que no siempre se alcancen en su totalidad.
El FODA es un análisis estratégico que se basa en cuatro áreas clave:
El análisis FODA puede ser una buena estrategia para definir objetivos empresariales mucho más realistas y alineados con la situación actual de la compañía.
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Enfoque |
¿Qué mide o define? |
Ventaja principal |
Desventaja o reto |
Ideal para… |
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SMART |
Claridad, medición y realismo |
Ayuda a establecer metas específicas y realistas |
Puede limitar la ambición |
Equipos operativos y de ventas |
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OKR |
Resultados clave medibles |
Estimula metas ambiciosas y enfocadas en impacto |
No siempre se alcanzan |
Equipos de innovación o startups |
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FODA |
Contexto estratégico actual |
Analiza situación interna y externa |
No define acciones concretas si no se aterriza |
Direcciones generales y estrategia |
Cuando se hayan definido los objetivos empresariales a través de las metodologías anteriores, es importante que se puedan implementar adecuadamente.
Sin una ejecución adecuada, incluso los objetivos más bien definidos pueden quedar en el aire. Aquí, la clave está en los siguientes puntos:
La planificación es esencial para alcanzar los objetivos empresariales, pues se debe tener una ruta para alcanzar lo que se desea.
Esto implica dividir las metas en acciones más pequeñas y alcanzables, junto con el tiempo en que se deben cumplir y los responsables a cargo.
Es importante definir los recursos también, como capital humano, herramientas, tiempo, etc. Así se tiene mayor claridad y será más sencillo poder trabajar en los correspondientes.
El monitoreo continuo es fundamental para el logro de los objetivos empresariales, pues no dar un seguimiento adecuado puede provocar que haya desviaciones sin que sea notorio.
Por ello, es necesario establecer KPIs para cada objetivo y evaluar cada determinado tiempo si se está cumpliendo o no, y en caso de que no, reformular el camino y las acciones para retomar el camino.
Esta revisión o evaluación no solo implica si se ha logrado un objetivo, sino identificar obstáculos o puntos de mejora a lo largo del proceso.
Después de implementar la estrategia y alcanzar los objetivos, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva de lo que se ha logrado.
Lo anterior no solo implica revisar los resultados en números, sino saber si los procesos que se implementaron fueron los mejores o los más efectivos.
La evaluación final debe incluir una reflexión sobre qué funcionó bien y qué aspectos podrían mejorarse en futuras implementaciones para poder hacer cambios y conseguir mejores resultados más adelante.
Siempre se debe buscar el aprendizaje continuo y eso solo es posible a través de un análisis de los resultados finales.
Definir y alcanzar los objetivos empresariales no es una tarea sencilla y puede haber ciertos errores que hacen que el camino se vuelva más complicado. Veamos las razones principales por las que las empresas pueden no establecer metas claras:
Muchos gerentes establecen objetivos demasiado generales sin especificar el camino: cómo, en qué tiempo y con qué recursos.
Si no se tiene especificidad sobre esto, se corre el riesgo de dividir los esfuerzos en tareas sin un sentido adecuado, llevando a resultados poco satisfactorios.
Establecer objetivos demasiado ambiciosos es otro grave error que suelen cometer las empresas. Aunque es válido soñar en grande, las metas deben ser alcanzables dentro del marco de recursos disponibles y mercado.
Cuando se idealiza demasiado lo que se puede lograr, se puede caer en una falta de motivación al no tener posibilidades de alcanzar lo que se desea. Es mejor establecer metas pequeñas, que nos vayan llevando a aquello grande que se quiere conseguir.
Este error tiene una fuerte incidencia en el nulo alcance de los objetivos empresariales porque tienen que ser compartidos y comprendidos por todos los niveles y equipos para realmente ser alcanzables.
Si los diferentes departamentos tienen objetivos no alineados entre sí, es probable que se generen esfuerzos contradictorios o que unas áreas prioricen ciertas tareas que realmente no contribuyen al objetivo común de la compañía.
Definir y alcanzar objetivos empresariales puede ser un desafío, especialmente si no se tienen en cuenta los aspectos clave que impulsan el éxito,
En London Consulting Group, entendemos las complejidades de definir y ejecutar este proceso, por ello, brindamos consultoría empresarial, en donde nos centramos en analizar las necesidades de las empresas y del mercado para establecer objetivos empresariales claros, realistas y alcanzables.
Además, ayudamos a las empresas a definir las métricas y las herramientas que se requieren para alcanzar las metas y garantizamos su correcta implementación.
Ya sea que necesites ajustar tu visión estratégica, optimizar procesos internos o mejorar la comunicación dentro de tu equipo, London Consulting Group es el socio ideal para impulsar tu empresa hacia el éxito.
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